Paula Pareto: “El trabajo en equipo es lo que realmente vale”
Paula “Peque” Pareto consiguió el oro en los juegos olímpicos de Río 2016 y escribió una página histórica para el deporte argentino. La conquista, la convirtió en la primera atleta mujer del país en lograr una presea dorada en la disciplina de judo. El triunfo se dio tras vencer a un duro rival: la surcoreana Jeong Bo-Kyeong, que la mantuvo en vilo durante la lucha y casi irrumpe el sueño de la máxima medalla.
“Cuando gana el oro, se te sale el corazón del cuerpo. Una emoción tremenda. Es el día de hoy que veo las imágenes y uno se emociona”, dijo Mirta Mendez, la madre de Pareto, para el especial “Mentes doradas” de la señal DeporTV. “No podía creer estar ahí, haber sido parte de ese equipo que llegó hasta ahí y haber sido la coach de Paula en ese momento”, agregó Laura Martinel, la histórica coach de la Peque. Quien en el año 2021, en una entrevista para este diario, también dijo: “el trabajo que hicimos juntas se trató de superar los límites de ambas. Paula me empujó los límites a mí y yo se los empujé a Paula porque las dos buscábamos lo mismo: la excelencia”.
Se cumplen siete años de aquel momento soñado para Pareto y sin dudas, para el deporte argentino. La judoca argentina pasó a ser ejemplo de trabajo y esfuerzo, y su palabra no solo fue buscada desde las esferas de esta disciplina, sino también de empresas, en las que, según dicen algunos CEOS, sienten que la presión de la máxima competencia se relaciona con el ámbito empresarial.
“En ese momento, pensaba, que loco estar escuchando nuestro himno en un juego olímpico. Como se dio todo. Me acuerdo que decía, intentá memorizar este momento, guardar todas estas imágenes porque son cosas únicas en la vida de cualquier deportista amateur… El trabajo en equipo es lo que realmente vale y ahí es donde te das cuenta porque te aflojas. Llegaste a algo soñado e increíble”, reconoce Pareto en ese especial que reconstruye parte del camino recorrido por la deportista.
La Peque empezó a practicar judo a los 9 años, también hizo fútbol, pero no fue en el césped y detrás de una pelota, donde encontró el motor de su vida. Su lugar en el mundo fue en el tatami, dentro de un dojo. Su trayectoria en esta disciplina, la hizo recorrer distintas partes del mundo y formó parte de múltiples competencias. Además de la medalla dorada, en 2015 fue campeona del mundo en Astaná (Kazajistán) y sus palmares suman un total de 13 medallas de campeonatos panamericanos (seis oros), tres en juegos panamericanos (un oro), dos medallas olímpicas (un bronce y un oro) y tres de campeonato mundial (una de plata, una de oro y una de bronce).
“Yo no soy ni superdotada ni tengo súper poderes en el deporte, soy una persona totalmente normal que lo intentó”, dijo la Peque en el podcast en español de Olympics.org. Pareto, no solo volcó su vida al deporte, también la combinó con el estudio y en 2014 se recibió de médica en la Universidad de Buenos Aires. “Terminando el colegio estaba decidida a estudiar medicina. Para mí no había muchas dudas. No veía el porqué de elegir una u otra cosa. Yo nunca me puse en la cabeza no poder. Tuve la suerte que siempre me apoyó mi familia porque viví de mis padres, y el deporte amateur tampoco es la gloria por más que tengas una beca. Desde el principio fue conflictivo para la gente, que no entendía”, relató en 2020, durante una charla que mantuvo con Juan Sebastián Verón por Instagram.
Los juegos olímpicos de Tokio 2020 fueron su last dance. Después de esa competencia, que se corrió un año por la pandemia de COVID 19, anunció su retiro. Tras 16 años en la elite mundial, atendió que su cuerpo venía dando señales de punto final y dijo basta. El momento de la decisión fue en Tokio, después de quedar eliminada de la competencia. La delegación argentina se reunió en la villa olímpica y en medio de afectuosos aplausos y una ovación – “ole, ole, ole, Peque, Peque” – la deportista de 1.48 m, se despidió del alto rendimiento.
Popularizó el judo en Argentina, al igual que en su momento lo hizo Guillermo Vilas con el tenis, y dejó un legado de constancia y sacrificio que se inscribe en lo más alto del Comité Olímpico Argentino. “Estoy convencida que no se puede soñar en grande si no se hace grande el día a día. Lo importante está en trabajar de la mejor manera posible en cada entrenamiento y dar lo mejor en cada torneo. En todos estos años hubo peleas ganadas y perdidas y eso es el deporte. En las derrotas se aprende más, hay mucho más para sacar, para seguir evolucionando…”, le dijo a la web de Secretaría de Deportes de la Nación.