Mundial femenino: la Selección Argentina que se verá en la cita de Australia y Nueva Zelanda
El seleccionado argentino femenino de fútbol –que este viernes se despedirá del país jugando un amistoso internacional con Perú en el partido bonaerense de San Nicolás, desde las 20.30 y con televisación de la TV Pública y DSports–, llegará por primera vez a un Mundial con un plantel íntegramente profesionalizado, en el que todas sus futbolistas viven del fútbol o por lo menos se dedican casi en un 100 por ciento a ser jugadoras.
La mayoría de las futbolistas de la Selección está en ligas extranjeras, que siguen teniendo mejor nivel que la Argentina. En el plantel actual, nueve jugadoras actúan en el medio local –UAI Urquiza (2), Boca (2), Rosario Central (2), River, Estudiantes de Buenos Aires y Huracán– y otras 14 están en el extranjero: cinco en Brasil, cuatro en España, dos en Estados Unidos, una en Italia, una en México y una en Chile.
Del plantel del Mundial de Francia 2019, diez futbolistas de las 23 jugaban en el exterior –ocho en la liga de España, una en Francia y una en Colombia– y 13 estaban en el fútbol argentino –UAI Urquiza (6), Boca (2), River (2), Central (2) y Sol de Mayo– que recién comenzaba un proceso de semi-profesionalización.
Justamente en aquel año mundialista, en 2019, el presidetne de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, anunció la profesionalización del fútbol femenino, que comenzó con ocho contratos por plantel, equivalentes a lo que cobraban los jugadores de la Primera C.
Por primera vez, las jugadoras de fútbol serían reconocidas como trabajadoras por su práctica en la Argentina, en un logro que surgió en un contexto de lucha por mejores condiciones por parte de las futbolistas acompañadas por movimientos feministas.
No hay que ir demasiados años para atrás para recordar la situación en la que estaban las futbolistas que representaban a la Argentina y lo que tuvieron que pelear para dejar de ser ninguneadas o directamente excluidas de un deporte que históricamente fue para hombres.
En septiembre de 2017, mediante una carta pública, la Selección femenina anunció un paro hasta que se solucionaran los “problemas estructurales”. Los pedidos eran básicos: el pago de viáticos, una cancha de césped natural para poder entrenar y descanso en un hotel cuando tuvieran que viajar ya que, por ejemplo, en un amistoso contra Uruguay, en Montevideo, las jugadoras debieron dormir en el micro hasta la hora del partido porque no tenían dónde quedarse.
Mientras el equipo estaba por debutar en el cuadrangular final de la Copa América 2018 en Chile, las futbolistas del seleccionado se enteraron mediante las redes sociales que la camiseta iba a ser presentada por una modelo y no por una jugadora, a diferencia de lo que ocurría en el equipo masculino, para el que Lionel Messi exhibía la nueva indumentaria oficial de Rusia 2018. En respuesta, el plantel se sacó la foto de equipo haciendo el gesto del Topo Gigio para “ser escuchadas”.
Eso ya no pasa. El fútbol femenino tiene un lugar destacado para la AFA (en infraestructura, equipo médico y técnico, condiciones de viajes y entrenamiento) y sus sponsors. La marca que viste a los seleccionados diseña camisetas exclusivas para las jugadoras argentinas, que presentan las propias futbolistas. Messi también lució la casaca alternativa (inspirada en la serranía de Hornocal) en un video de presentación de la Copa del Mundo Australia y Nueva Zelanda 2023 en apoyo a la Selección femenina.
En la Argentina, acompañando el crecimiento del fútbol local profesional con televisación de casi todos los partidos, la apertura de los estadios, la llegada de Boca Juniors a una final de la Copa Libertadores y la mejora de los contratos de quienes juegan en clubes del exterior, en las últimas temporadas las futbolistas compitieron en todas las ventanas FIFA para ganar roce.
El tercer lugar logrado en la Copa América de Colombia, con la remontada ante Paraguay en el partido por el último boleto mundialista (las argentinas perdían 1-0 y finalmente se impusieron 3-1), significó el momento más importante del 2022 para la Selección que tuvo a la delantera Yamila Rodríguez –exBoca, hoy jugadora del Palmeiras de Brasil– como goleadora del torneo continental.
El equipo de Germán Portanova, sucesor de Carlos Borrello desde julio de 2021, no sólo se clasificó al Mundial sin repechaje, sino que aprovechó todas las ventanas FIFA en la búsqueda de consolidar una idea de juego, de no tanto repliegue y de ir a buscar el arco rival a pesar de las desventajas físicas en relación a las potencias.
Después de la Copa América 2022 en julio en Colombia, el seleccionado enfrentó como local y cayó ante Canadá (2-0) y Polonia (2-2) en octubre; fue goleada por España como visitante (7-0); venció a Chile (4-0) y a Nueva Zelanda (victorias de 2-0 y 1-0) en febrero en el país oceánico; y a Venezuela en la Argentina (1-1 y 3-0) en abril.